¿Qué ocurre durante una terapia de pareja?

terapia de pareja

El momento presente

Cuando una pareja acude a mí como psicólogo para emprender una terapia de pareja trato de centrarme al máximo en el momento presente, en lo que está ocurriendo ante mis ojos.

Escucho los diferentes y encontrados puntos de vista.

Observo cómo reaccionan el uno al otro (y cómo reacciono yo a lo que dicen).

Y procuro explorar y ampliar lo que está ocurriendo en la interacción del momento.

Y todo esto con el fin de comprender qué es lo que impide que estas personas que se quieren puedan establecer un vínculo estable y seguro entre ellas. (Por supuesto, otros psicólogos pueden abordar la terapia de pareja de otras maneras).

Caminos cortados

Es como si entre los miembros de una pareja hubiese múltiples caminos para llegar el uno al otro.

Y puede que muchos de esos caminos estén cortados por enormes piedras de rencor, o troncos caídos del árbol de la incomprensión, o avalanchas de miedo a ser heridos.

Mi parte en la labor conjunta que emprendo con la pareja que tiene el coraje de enfrentar sus dificultades acudiendo a mí es, primero, tratar de identificar esos obstáculos en los caminos de comunicación, y, segundo, apartarlos a un lado para que vuelva a fluir la seguridad, la confianza y el contacto.

Emociones

Y creo que la mayor parte de esas piedras en el camino están compuestas de emociones.

Y serán dinamitadas con emociones.

Es decir, ciertas emociones impiden la comunicación: miedo a ser rechazados, a ser, por tanto, heridos, que provoca una retirada preventiva o un recriminar al otro para conseguir lo que anhelamos.

Y, por el contrario, otras emociones, cuando son expresadas, cuando salen del escondite en la que se encontraban, provocan respuestas novedosas en nuestra pareja. Hacen que nos vean con otros ojos: ya no somos la persona irritada o indiferente o amenazadora, sino que somos como niños pequeños que anhelamos ser tratados con ternura y que tememos al rechazo como si de un lobo hambriento se tratara. (Y nos ponemos la careta de la irritación tratando de asustar al lobo que nos asusta).

Mi labor como psicólogo en la terapia de pareja

Mi labor como psicólogo que practica la terapia de pareja no consiste en cambiar a las personas que me consultan.

Más bien, lo que intento es colaborar para que nos relacionemos en un clima de seguridad que permita a los miembros de la pareja ser lo que son sin temor al rechazo.

Que se atrevan a sentir y expresar las emociones más íntimas.

Que se muestren con sus luces y sombras.

Lo que nos hace daño es inhibir, ignorar o distorsionar emociones como el miedo o la dolorosa sensación de desamparo.

Conflicto no es lo mismo que deficiencia

No creo que los miembros de una pareja en conflicto sean personas deficientes. ¡Nada más lejos de mi manera de entender la terapia de pareja!

Más bien creo que están atrapadas en estados emocionales muy absorbentes que provocan maneras de interaccionar que se repiten cíclicamente y que parecen adquirir vida propia. Como si apretásemos un botón que dispara un mecanismo consistente en una manera rígida de procesar la experiencia emocional.

Fluirá el amor

Así que intentaré colaborar para que broten emociones curativas.

Invitaré a escuchar con respeto y delicadeza.

Y entonces fluirá el amor y nos sentiremos seguros, protegidos y comprendidos (¡que es lo que todos anhelamos!).

Y colaboraremos para qe otros también se sientan así.

La terapia de pareja (preferiría llamar a ese proceso de otra manera) puede ser una aventura apasionante.

Si quieres leer sobre las relaciones de pareja puedes visitar la siguiente sección de este blog:

Parejas

 

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