Era el tiempo en que la humanidad estaba dando sus primeros pasos sobre la tierra. Y Zeus, desde lo alto de su monte preferido, observaba algunas cosas preocupantes para el futuro de los humanos. Pongo un ejemplo. Manolo (un ser humano) sale de su cueva a estirar las piernas después de una contundente siesta. Y se encuentra con un tigre con cara de hambre. Manolo lo mira con indiferencia y se pone a contemplar las nubes mientras se despereza. Manolo pasa a mejor vida. Y quien dice Manolo dice muchos otros casos.