A todos nos gusta que nos digan cosas amables, que nos dediquen gestos cariñosos, que nos mimen. Y eso no se nos pasa con los años: nos sigue gustando por muy viejos que seamos (incluso, puede que nos guste más que nunca). Pero, con demasiada frecuencia, se nos olvida decirle a nuestra pareja lo mucho que la queremos, o lo guapa que nos parece.