Mejora tu sistema inmunitario escribiendo

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La investigación

 Varias investigaciones de Pennebaker apuntan a que al escribir sobre experiencias personales significativas mejora nuestra salud.

En un periodo de tres a cinco días, los sujetos que han participado en estas investigaciones, son instruidos para escribir durante 15-20 minutos al día sobre experiencias personales que hayan sido importantes en sus vidas.

Se ha encontrado, a diferencia de sujetos control que escribieron sobre asuntos superficiales, efectos muy significativos en una serie de medidas clínicas relevantes tales como: disminución en las tasas de visitas a centros de salud, mejoras del sistema inmunológico, reducción del absentismo y mejoría de la función enzimática.

También se ha comprobado que mejora el rendimiento escolar, y la calidad del sueño, relaja, ayuda a controlar la presión arterial, reduce el consumo de alcohol y fármacos, etc.

Cómo sacarle el máximo partido al recurso de escribir

  1. Escribe sobre una experiencia traumática o una experiencia que te haya afectado profundamente. Algo en lo que sigues pensando frecuentemente o que sueñas con ello.
  2. Escribe de manera continuada durante alrededor de 20 minutos sin tener en cuenta las reglas gramaticales.
  3. Piensa que lo que escribes es sólo para ti, algo absolutamente confidencial.
  4. Escribe sobre el acontecimiento que hayas elegido, cómo te sentiste cuando ocurrió, y cómo te hace sentir ahora. Según avances en tu escrito puedes intentar vincular ese acontecimiento a otros aspectos de tu vida. ¿Cómo está conectado a aquellas personas más queridas, o temidas, o a las que más te irritan? ¿Cómo está relacionado ese acontecimiento con tu vida actual, tus amistades, familia, trabajo, etc.? ¿Cómo se relaciona con lo que has sido, eres y con lo que te gustaría ser en el futuro?
  5. Examina con honestidad tus emociones y pensamientos más privados relacionados con este acontecimiento.
  6. En otra sesión de escritura, enfoca este acontecimiento desde otros puntos de vista. Observa la escena desde fuera, como si te vieras a ti mismo en una pantalla de cine y elabora una descripción en tercera persona: “Está sentado a la mesa. Oye el timbre y se levanta…”. Prueba a escribir desde el punto de vista de algunas de las personas que participaron en esa experiencia.
  7. Por último, antes de dejar de escribir sobre este acontecimiento significativo de tu vida, valora si el acontecimiento en cuestión ha marcado tu comportamiento futuro; si has aprendido algo, perdido o ganado algo como resultado de haber pasado por esa experiencia.
  8. Elabora un relato que de sentido a todo las facetas que has contemplado sobre el acontecimiento que has estado trabajando.

Ten en cuenta al escribir

Ten en cuenta que al principio, si emprendes este ejercicio, puede que sientas malestar y tristeza, pero a largo plazo los síntomas depresivos, el darle vueltas al acontecimiento y la ansiedad general, disminuyen.

También es muy probable que mejoren tus relaciones sociales, que te rías más y que tu atención se dirija con más frecuencia hacia aspectos positivos de la vida.

Crear un puente

Cuando escribimos sobre algo que fue traumático es como si tratáramos de crear un puente entre la persona que éramos antes del trauma y la que somos ahora.

Lo que no pudo ser “digerido” en su momento lo elaboramos ahora para que pueda formar parte de nuestra vida de una manera armoniosa.

Creamos una coherencia donde no la había.

Juntamos relatos que aparecían dispersos en una narración que ahora resulta más fácil de entender.

Si conviertes este ejercicio en un acto puramente intelectual, entonces no funcionará.

Repito que se trata de analizar las propias emociones y pensamientos más íntimos.

Tampoco conviene que se convierta en un sustituto de la acción.

Si tienes que decirle algo a una persona cercana, díselo. Si te apetece abrazar a alguien, hazlo.

Si el acontecimiento traumático es muy reciente, entonces tal vez no convenga que utilices este tipo de ejercicios.

Ya estarás procesando de manera natural los acontecimientos dolorosos.

Si en cambio ha pasado bastante tiempo y ha quedado ese hecho doloroso enquistado, entonces es probable que te siente bien.

Aún así, si después de cuatro o cinco días escribiendo no notas ninguna mejoría, déjalo y dedícate a otras cosas.

También ten en cuenta que contar una y otra vez un suceso doloroso no suele producir ningún tipo de cambio.

Tienen que involucrarse las emociones más íntimas y es necesario una reelaboración de la experiencia, algo así como contarte la historia de una manera diferente, o dicho de otro modo, cambiar la propia historia que te cuentas.

Por último, si lo que necesitas es una psicoterapia, escribir de manera significativa nunca la podrá sustituir.

Puede ser una herramienta muy poderosa que contribuya a la mejoría cuando se está en psicoterapia, pero la riqueza de experiencias que puede aportar el “cuerpo a cuerpo” con el psicólogo, no te la aportará.

Ojalá que escribiendo o sin escribir seamos todos más felices. Un abrazo.

 

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