Cómo practicar Mindfulness y Yoga simplemente respirando

mindfulness y yoga

Algunas peculiaridades de la respiración

Desde el momento en que nacemos hasta que abandonamos este mundo, respiramos (como puedes comprobar soy un gran observador).

Aunque no siempre respiramos de la misma manera.

Dependiendo del ejercicio que estés realizando, así respiras; pero también tus emociones alteran tu respiración (¿O será al revés?). Te invito a observar esas variaciones. ¿Cómo respiras cuando estás a punto de dormirte; cuando te enfadas; cuando haces el amor; antes de tener que hablar en público, etc.?

Una peculiaridad muy interesante de la respiración es que tiene dos modalidades.

Por un lado no tienes que preocuparte de respirar; es decir, puedes tranquilamente concentrarte en un libro y no tienes que estar mandando órdenes a los músculos pertinentes para que provoquen una inspiración y luego otra…, etc.

La respiración funciona automáticamente, pero si quieres puedes controlarla: detenerla un rato, frenarla, acelerarla, hacerla más profunda…, cosa que no puedes hacer con la digestión (yo al menos no puedo), por poner un ejemplo.

Ahora viene lo más interesante y lo más peculiar con respecto a la respiración y lo que hace de ella una herramienta insustituible.

¿Cómo nos puede ayudar la respiración?

Si prestas atención a tu respiración es probable que seas más conscientes del hecho de estar vivo.

Además, como cambia continuamente, te puede ayudar a sentirte cómodo con el cambio, cosa inevitable en esta vida y que muchas personas se obstinan en olvidar.

La respiración puede ser una buena maestra en el arte de ser flexible, de participar gozosamente en los ciclos y flujos de la vida.

Otra ventaja de la respiración: es imposible dejarla olvidada en ningún sitio; siempre te acompaña.

Y cada vez que te das cuenta de su humilde presencia te ayuda a situarte en el presente, en el famoso (y poco frecuentado) aquí y ahora.

Mindfulness, Atención Plena o meditación

Y por si fuera poco, la mejor manera de empezar a practicar ejercicios de meditación mindfulness y yoga, consiste en concentrar la atención en la respiración y ver lo que sucede mientras intentas mantener la atención sobre el ir y el venir del aire por tu cuerpo.

(Por esas dos modalidades que tiene la respiración y que te mencionaba antes -funciona automáticamente, pero también podemos influir en ella conscientemente-  la respiración resulta una aliada inmejorable para mantener al cuerpo y a la mente unidos.

El famoso estado de conciencia que llaman “cuerpomente”.)

¿Dónde observar la respiración?

Puedes elegir las ventanillas de la nariz. Observa las sensaciones que produce el aire al pasar por ellas.

Puedes elegir el pecho, que sube y baja rítmicamente. También sube y baja la barriga.

No importa el lugar que elijas, lo interesante es que percates de las sensaciones que se despiertan en ese lugar cuando respiras. Siente el aire rozando la nariz, o siente cómo se hincha y deshincha el pecho.

Notar la respiración en el vientre resulta especialmente relajante.

¿Cómo prestarle atención para practicar mindfulness y yoga?

Procura prestarle atención y nada más.

No quieras modificar ni su ritmo, ni su profundidad.

Déjala a su marcha, como probablemente la hayas dejado a su ritmo durante años sin prestarle la más mínima atención. Ahora se trata de que la observes, sin más.

Tampoco se trata de pensar sobre la respiración. Con que tenga conciencia de ella, con que captes las sensaciones relacionadas con ella, tienes de sobra.

Si decides dedicar en exclusiva  unos minutos al día a esta maravillosa compañera que es la respiración, puedes sentarte o tumbarte mientras la observas; o puedes elegir si prefieres tener los ojos abiertos o cerrados. Comprueba qué es lo que te va mejor.

Intenta mantener la atención durante toda la duración de la inspiración y luego acompaña a la espiración durante toda su andadura.

Cuando te des cuenta de que tu mente se ha ido por los cerros de Úbeda, es decir, que se ha puesto a divagar, tráela amablemente de nuevo a la respiración.

No te impacientes si notas que tu mente da más brincos que un mono excitado. Es lo habitual. Se irá calmando con la práctica.

Una anécdota

Ojalá que respires mucho y bien y que seas consciente de la maravilla que eso supone.

Y ahora que digo esto, se me viene a la cabeza una anécdota que tiene que ver con mi abuela.

Mis abuelos solían venir a quedarse en mi casa algunos días al año.

Mi familia y yo habíamos decidido pegar en la nevera un cartel que decía: “Respira”.

Después de leer este artículo supongo que entenderéis el sentido de esa exhortación. Pero mi abuela no lo tenía tan claro y un día, después de estar unos segundos parada delante de la nevera, me dijo:

          ¿Por qué dice esa pegatina que respire?¿Acaso no respiramos todos y todo el rato?

          Si, le contesté, pero hay maneras y maneras.

Espero que te haya gustado lo que has leído y que te animes a ponerlo en práctica.

Si quieres leer más cosas sobre yoga:

Yoga

Si te apetece ahondar en la meditación mindfulness:

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