Salirte con la tuya

salirte con la tuya

Si te encuentras en una situación en la que tienes que pedir algo a alguien, o por el contrario, le tienes que negar algo, creo que te pueden venir bien las siguientes reflexiones para que consigas lo que pretendes.

Rigidez y adolescencia: una mala pareja

adolescencia

En todas las familias se dan algunas repeticiones en la comunicación entre sus miembros (sobre todo entre generaciones diferentes), estableciéndose un toma y daca que parece no tener fin y que puede volverse muy rígido.

¿Puedo contar contigo cuando te necesite?

niños y adultos

Me propongo señalar algunas características comunes entre la relación de un niño y la persona que lo cuida y las relaciones de amor entre adultos. O dicho de otra manera, señalaré que algunas necesidades básicas perduran toda la vida.

Cómo desgraciarle la vida a los hijos

hijos

Cuidar demasiado a nuestros hijos puede resultar muy peligroso. El estar al quite de cualquier necesidad que muestren para resolverla al instante les transmite lo mucho que los queremos, lo mucho que nos importan; pero también les decimos sutilmente que son unos inútiles, que son incapaces de resolver sus propios problemas.

Surcos

surcos mentales

Cuando comenzamos a prestar una mayor atención a nuestro cuerpo observamos que la mente no deja de encontrar múltiples motivos para distraerse. Y una de las maneras preferidas de permanecer alejada del momento presente es juzgando lo que ocurre como inadecuado, como que no es lo que esperaba, o deseaba.

Viaje por la cara

serenidad

Habitualmente pensamos que las emociones que sentimos provocan cambios en nuestro cuerpo: cambios fisiológicos, posturales, gestuales. Pero hace ya bastante tiempo (1884) que el psicólogo William James lo planteó a la inversa y dijo que la percepción del cambio corporal que provocan ciertas situaciones es lo que lleva a la experiencia emocional. Según la manera de verlo habitual diríamos que lloramos porque estamos tristes. Según William James, estamos tristes porque lloramos.

Estar en las nubes

atentos

¡Con qué pasmosa frecuencia estamos en las nubes! (o en la higuera, si prefieres un medio más terrestre para estar distraído). Y comemos sin saber lo que nos llevamos a la boca; y charlamos sin enterarnos de lo que nos dicen…

2

Menos de lo mismo

estrategias que no funcionan

Algunas veces queremos que alguien de nuestro entorno cambie su manera de comportarse y, para ello, utilizamos estrategias que, aunque a veces funcionan, habitualmente no nos ayudan a conseguir nuestros objetivos. Incluso pueden intensificar la conducta que pretendemos cambiar. Aún así, es frecuente que nos “enganchemos” a esas estrategias estériles y que las apliquemos más y más, como si el hecho de no funcionar se debiera a que no lo hubiéramos intentado con suficiente ahínco. Es decir, seguimos la estrategia de “más de lo mismo”.